El Proyecto ciuFRONT presenta desde sus comienzos su sede en la Muralla de la Merced con clara vocación de convivencia con el resto de sistemas defensivos de la ciudad y su difusión. Tras el ofrecimiento del Excmo. Sr. Alcalde de Lorca de ubicar la sede institucional de la Federación San Clemente, Patrón de Lorca, en la antigua iglesia de Santa María la Mayor, el proyecto ciuFRONT se amplió a este edificio una vez aceptada la propuesta por parte de la Asamblea General de la Federación.

El museo medieval es por tanto una institución multisedes compuesta por la antigua iglesia de Santa María la Mayor como edificio principal (ciuFRONT Santa María) y la muralla de la Merced como satélite (ciuFRONT muralla) configurando el Museo medieval de Lorca con un innovador concepto de campus-museo de vanguardia al estilo europeo.

Santa María la Mayor

La iglesia de Santa María de Lorca, llamada La Mayor, es el segundo templo gótico más importante de la Región de Murcia y se sitúa en la falda del castillo de la ciudad en una posición dominante, manifestando su primacía sobre el resto de templos de la época. Según manifiesta el Profesor Segado de la Universidad de Murcia, esta magnífica iglesia se levanta sobre la antigua mezquita mayor y mantuvo esta posición de superioridad hasta la erección de San Patricio como Colegiata resistiendo con una notable influencia hasta bien entrado el siglo XVIII.

Cuando nos acercamos al templo se vislumbra una clara influencia militar en todo su exterior presentando un volumen rotundo tan sólo alterado por la gran torre que asevera el mencionado ambiente. El acceso se enmarca en una bella portada de refinada decoración rococó que, junto a la decoración del camarín del altar mayor, conforma una de las ultimas actuaciones realizadas en el emblemático templo.

El interior se articula en tres grandes naves de notable verticalidad y altura muy similares, que dotan al interior de una gran espacialidad y unidad conformado por arcos ojivales sobre poderosos pilares de sección octogonal prácticamente ausentes de decoración, a excepción de las pulseras finamente talladas en cardinas y motivos florales. Los cierres de los tramos se realizaron en bóvedas de crucería de las que tan sólo se conserva la correspondiente al presbiterio y la curiosa bóveda de nervaduras entorchadas que cierra la antigua sacristía, actual Sala Clementina que alberga el Bufete Presidencial en alusión a la estancia dedicada al fin homólogo en los palacios apostólicos de la Ciudad del Vaticano en recuerdo a Clemente I, Papa y Mártir.

Como contrapunto al marcadísimo carácter medieval del templo debemos destacar el elegante camarín comenzado en 1753 y decoración con un palmario corte áulico en 1797, que incorpora un repertorio pictórico alusivo a la Letanía de la Virgen y una curiosa representación de la valiosísima custodia de Mateo Danyo que atesoraba el templo hasta su traslado a la Colegiata.

Tras su abandono durante la Guerra civil española, se realizan una serie de labores de consolidación para finalmente, en 2016, comenzar la última actuación en el templo en la que se realizaron labores de restauración que incluyeron cosidos y sellados de grietas, atirantados con tensores de acero inoxidable, trabajos de talla de balaustrada de piedra caliza, desmontaje y montaje de la cubierta de la torre del campanario y de parte de la coronación del muro de la torre. La cubierta de la nave principal de la Iglesia se cerró con un nuevo conjunto de cerchas de madera laminada, cubriéndola con paneles de madera y cubierta de teja histórica con el fin de recuperar la envolvente del edificio y su posibilidad de uso que finalmente se destinaría a sede central del ciuFRONT, Museo medieval de Lorca.

Muralla Medieval

Las murallas de la ciudad de Lorca se fueron configurando a lo largo del tiempo desde la dominación islámica hasta la caída del Reino Nazarí de Granada.

Con la expulsión de los últimos musulmanes de la Península las murallas dejaron de tener sentido, ya que desapareció el peligro para cuya defensa habían sido construidas por lo que paulatinamente fueron abandonadas  y reaprovechadas en las nuevas construcciones civiles de la ciudad.

La muralla fue, por tanto,  el elemento configurador de la madina lorquina incluso después de que en el siglo XVI la ciudad se expanda más allá de la cerca quedando su trazado dentro de la fisionomía de la ciudad.

La ciudad cuenta con dos recintos amurallados: el primero que sería la Muralla del Castillo, el recinto superior,  que protegería  la fortaleza o alcazaba y, por otra parte, la muralla que acogería primero a la medina, en época islámica y, posteriormente a la ciudad cristiana, hasta que, finalmente, la ciudad se desbordó y empezó a crecer por fuera de la muralla.